El teniente general Excelentísimo Señor Don Juan Fernández de Herrera y Suárez de Mendoza que hace apenas algunos meses que ha fallecido. Sus restos yacen en una tumba, acorde con su pomposo carácter pero no con la situación económica en la que deja a su familia.
María Luz, su única hija, es víctima y sufridora directa de la escasa herencia de su padre. Su madre, doña Paula tiene especial interés en que “la niña” se case con Enrique, un francés que de buenas a primeras a aparecido en sus vidas, y vaga tras los pasos de María Luz.
La carismática mujer cree ver en él, y en el dinero que parece tener, la solución a sus problemas económicos, por eso todo su afán es cazarlo con un rápido matrimonio.